Empezando por un grupo de Albañiles, que son los que primero empiezan a trabajar, eliminando tabiques innecesarios, y quitando suelos y alicatados antiguos.
Es estos trabajos, se suele descubrir algún desperfecto o deterioro oculto, que habrá que poner en conocimiento del cliente, y proceder a su reparación.
Los más frecuentes suelen ser en tuberías, que aprovechando que el Fontanero también está en obra, es el mejor momento de solucionarlo, para evitar problemas que pudieran sobrevenir en unos años, cuando ya está todo reformado.
Otros descubrimientos inesperados, suelen ser malas conexiones en cables eléctricos, muy antiguos o con restos de humedad, que igualmente nuestros Electricistas podrán solucionar fácilmente estando en obra, y no tiempo después, cuando tendrían que abrir parte de la pared, para averiguar la procedencia del problema, y su posterior solución, siempre más laboriosa y costosa.
Es en este momento cuando los Carpinteros entran en acción, si el cliente quisiera cambiar las puertas, o poner tarima, para dar un toque más actual y personal a la reforma.
Y finalmente, los Escayolistas taparían los conductos de cableados o tuberías, ocultándolos para perfilar así cómo va a quedar cada estancia, a expensas nada más de que los Pintores terminen la faena dando un toque de color, creando así el carácter personal que así haya decidido el cliente.